Rock / Pop

Raffaella Carrá, el adiós a un ícono


Raffaella Carrá falleció el lunes pasado a los 78 años después de luchar contra una enfermedad que padecía desde hacía mucho tiempo. Fue cantante, coreógrafa, actriz y conductora televisiva, icono de la televisión italiana y artista que marcó la cultura popular de los ’80 en Argentina.





Tras su muerte deja una obra atrevida, valiente y divertida, que le dio batalla a prejuicios y censuras de su época. Y que hoy es reivindicada desde varios frentes.





“Fiesta” y "Hay que venir al sur" fueron las canciones que le dieron al entrada al público latinoamericano. Pero estos dos grandes éxitos de Raffaella Carrá tienen una historia muy especial con Argentina.






https://www.youtube.com/watch?v=gLCZMtu-e3Y




El amor del sur





Algunas letras se retocaron de modo impiadoso, porque por entonces no había margen para ser libres ni adelantados a una época, tal como lo fue Raffaella Carrá.





La diva italiana se volvió parte del paisaje nacional donde dejó imborrable el slogan: "para hacer bien el amor hay que venir al sur". Pero acá, y en ese entonces, la letra de su estribillo tuvo que ser modificada porque a su lanzamiento en el país fue censurada por el entonces gobierno de facto, quedando finalmente "para enamorarse bien hay que venir al sur". Para evadir el aparato de control del Proceso de Reorganización Nacional que no admitía ninguna referencia a una sexualidad vivida libremente. Entonces, también la parte que en el original decía “lo importante es que lo hagas con quien quieras tú” fue reemplazada por “...es que tú vayas cuando quieras tú”.





Por su parte, el clásico "03 03 456" fue otra canción que sorteó las trampas del censor. Hablaba del número que una mujer marcaba para hablar con su amante y, al no encontrarlo, terminaba con el índice moviéndose solo “sobre” su cuerpo y marcando “sin parar”. Aquí terminó titulándose 03.03.456, sólo porque el original "53 53 456" coincidió con el número de una familia a la que volvieron loca con llamadas de ocasión. Por esto el disco tuvo que ser retirado del mercado, y relanzado con otros arreglos. Este tema estuvo vigente por muchísimos años y hasta tuvo su propia versión con Natalia Oreiro.





El destape





Raffaella Carrá entendió perfectamente las circunstancias políticas que atravesaba el Cono Sur y siguió adelante con una seducción desbordante, que incluía coreografías epilépticas y vestuario ajustado cuando la noción de destape estaba en instancias de prehistoria.





Así logró filtrar canciones como “Lucas”, que lanzó en 1978, en la que narraba su frustrado romance con un chico gay, y Pedro, sobre un pequeño playboy enloquecía a una extranjera en la avenida Santa Fe. Una inspiración para la comunidad LTBG que terminó convirtiendo la canción en un símbolo para todos aquellos de esa comunidad que querían salir del armario y no se atrevían.





En el caso de Santo Santo se cambió “el sadismo y masoquismo” por “el cariño y el amor mismo”, y dejó sin efecto la demanda de esa esposa ansiosa que esperaba que su marido llegara de trabajar para liberar mentes e ir más allá de lo imaginable.





Revelde y divertida





Carrà fue también censurada por el Vaticano a raíz del baile de su tema “Tuca, tuca” (original de 1971), por el que le quedó el apodo del ‘Ombligo de Italia’. Osada para su época de influencia, la década de 1970, su música invitaba a la liberación sexual, a la tolerancia y al empoderamiento femenino.





Pero lo concreto fue que con vestuarios sensuales y atrevidos, también fue reconocida por ayudar a las mujeres a sentirse más seguras de sí mismas. Y si bien el conservadurismo la consideraba vulgar, ella lo reducía sólo con alguna aparición extremadamente elegante y refinada.





Su característico pelo rubio con un corte esponjado y fleco, apodado estilo de casco, fue imitado por muchos fans. “Era la dama de la televisión italiana”, dijo el ministro de cultura Dario Franceschini, al mostrar sus condolencias tras el fallecimiento de la Diva.





En una de sus últimas entrevistas dijo: “las mujeres italianas me encontraron muy agradable porque no soy una domadora de hombres. Podés tener atractivo sexual además de dulzura e ironía’”.





Raffaella Carrá nunca se casó ni tuvo hijos, tal como se esperara que lo hiciera según los estándares conservadores de su época, aunque sí estuvo en pareja por mucho tiempo. La artista, con uno de sus programas de televisión titulado Amore, apoyó financieramente a 150.000 niños en situaciones de precariedad.





Su recuerdo





Su deceso fue confirmado por su compañero Sergio Japino, quien mediante un comunicado expresó: “Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre”.





La artista, que nació en Bolonia el 18 de junio de 1943, fue un icono de la música y la televisión tanto en Italia como en España, países en los que presentó diversos programas, pero también fue furor en Argentina, Chile, México y Perú.





Raffaella Maria Roberta Pelloni ya soñaba con ser coreógrafa desde niña, pero fue mucho más allá en tanto llegó a convertirse en una artista completa.





Los éxitos de la cantante, entre los que destacan Hay que venir al sur; Qué dolor; Adiós amigo; Felicità, tà; Caliente, caliente; Fiesta; En el amor todo es empezar; o Rumore, se han mantenido vigentes en toda Hispanoamérica desde principios de la década de los años 70.





Fuentes: lavoz.com.ar, pagina12.com.ar


0303456 Fiesta

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